Amistades aberrantes.
Amigas...¿en verdad existe tal cosa?. Siempre creí que se acercaban por conveniencia, para sacarte la información a cerca de alguien o porque necesitaban ayuda, y en la escuela lo confirmé, de hecho así era. En la primaria yo podía ser la chica inteligente del salón, la que hacía bonitas sus tareas, estudiaba toda la tarde y sacaba buenas notas, pero la verdad es que así era solo gracias a mi mamá. Me gustaba ver caricaturas, dibujar, jugar, pero prácticamente me pasaba toda la tarde haciendo mis deberes. Mi madre me sentaba en la cocina para vigilarme y no era porque no pudiera hacer la tarea o me costara terminarla, mas bien era por que a mitad de la tarea terminaba distrayéndome, dibujando en mi cuaderno o imaginando historias fantasiosas, lo que solía provocar que un ejercicio que podría acabarse en una hora se convertían en un trabajo de toda una tarde. Pero nadie de mis compañeros sabía esto, por eso yo era la "matada" del salón. Esta imagen falsa mía dio como consec