Inclusión a la escuela de la granja.

Yo nunca fui muy sociable, desde pequeña solía ser callada, en la escuela nunca estuve rodeada de amigos e incluso hasta hoy, no creo poder describir exactamente lo que es tener un "amigo". 

Mi mente es muy escandalosa, siempre esta dando vueltas sobre algún tema, es difícil concentrarme en la vida real y por lo mismo se me hace muy difícil relacionarme con los demás. 

Tengo vagos recuerdos de mi época en el kinder y por alguna razón en la mayoría de ellos siempre me encuentro sola. No es como que fuera algo triste de recordar pues nunca me importó, pero creo que nunca pertenecí a ningún grupo en especial. 

Estaba el famoso grupo de las "pollitas divas", aquellas que desde pequeñas les encantaba la farándula, el baile, canto y por supuesto su aspecto despampanante.  Por otro lado estaban las "gallinitas" inteligentes, las chicas brillantes, esas que siempre se portaban bien y hacían algo productivo durante todo el día. Y por ultimo estaba el grupo de los varones, "los pavos", esos que siempre estaban riéndose por tonterías y no paraban de correr de un lugar a otro.

Por mi parte siempre estuve metida en mi mundo, dibujando o entreteniéndome con muñecos imaginando historias fantásticas. Nunca fui una chica nerd, a pesar de que era inteligente y le podía entender rápidamente a  cualquier cosa, la mayoría de las veces nada de eso me llamaba realmente la atención, me aburría y terminaba distrayéndome de alguna forma en mi mente imaginativa. Ese se convirtió en mi mayor defecto.

En lo primeros años de primaria las cosas seguían igual, caminaba sola por el recreo sin intentar integrarme con mis compañeros, aunque en este punto empezó mi relación con la sociedad. En el primer año solo un "pequeño pollo" me ofreció la silla para que me sentara a lado de él, recuerdo que era divertido, hablaba con migo y me trataba bien, pero no tardo mucho en que las "pollitas" del salón empezaran a fastidiar con sus frases de: -son novios-. Hasta ese momento yo ni siquiera sabía lo que significaba esa palabra, no sabía lo que era el que te gustara alguien, siempre fui demasiado inocente. 

No tardo mucho en que el pequeño pollo se incomodara con aquello y se alejara de mi, recuerdo que me sentí muy enojada por todo eso, pero por supuesto que eso solo fue el empuje para iniciar mis vínculos con el grupo, las niñas empezaron a acercarse a mi preguntándome por él y aunque yo no sabía a lo que se referían, a ellas no les molesto explicarme con todo y lujo de detalles sobre el tema. 

Entonces apreció mi primer amor, ese amor inocente de infantes. A la par con migo, él era de las mejores calificaciones, siempre competíamos por ello y creo que eso fue lo que nos unió. Nos convertimos en amigos, pero por alguna razón a mi nunca me molesto demostrar lo que sentía, lo abrazaba, jugaba, me llevaba muy bien con él y aunque las demás chicas empezaran a intuir mis intenciones a mi no me importó. Pero los chismes corrieron rápido y no tardó en llegar a oídos de todo el salón incluyéndolo a él, entonces empezó a ignorarme, evitaba a cercarse a mí y cuando yo quise saber lo que pasaba, por medio de un juego le admití directamente que me gustaba y el admitió que yo no le interesaba, que era mejor mantener distancia para que no siguieran los rumores. Y después de esto por supuesto que me alejé, yo lo quería y justo por eso cumplí con su pedido.


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